Hay voces que rodean nuestra vida, algunas, las más fuertes, resuenan su incomprensión porque no entienden para que tanto sacrificio, tanto dolor en las caídas, tanto dolor en nuestro cuerpo por las lesiones, tanto dolor por la derrota, por no llegar, por el fracaso, tanto dolor por quedarte a un paso, tanto dolor por los duros días de entrenamiento, de frío, de agobio por el peso, tanto dolor en cada regreso, en ser ignorado o no valorado, tanto dolor en regresar paso a paso y volver a empezar del mismo modo.
Todo esto según ellos, sólo por obtener una medalla.
No se trata de ganar, se trata de la relación que estableces con tigo, con tu familia, amigos y compañeros de equipo. Se trata del proceso que eres capaz de experimentar y superar.
No se trata de la victoria final en un podio, se trata de la victoria de cada día, de superar el dolor al no rendirte en la dificultad, de la victoria que haces cada segundo que retomas fuerzas y decides continuar. Tanto dolor sólo para ser más fuerte en el interior, mejor persona, mejor ser humano.
No se trata de un gran intento por ser mejor que los demás, se trata de ser poderoso por ti mismo en la adversidad.
Cómo estarás listo entonces para ser un buen hombre o una buena mujer, cómo estarás listo para ser un buen padre o una súper mamá, cómo estarás listo para dejar tu huella en el mundo, por muy pequeña que sea, pero será tu huella convirtiendo este mundo en algo mejor.
No se trata de ganar, sino de lo que ganamos al interior. Es decidir no ser de los que aplauden en las gradas las hazañas de otros, sino escribir las propias con la fuerza de tu cuerpo y de tu mente, en perder las uñas si es preciso, alcanzando la cima, pero ser tú mismo el protagonista del ascenso, en rociar con hielo tus articulaciones cuando duelan, ser tu mismo quien mire tus magulladuras, pero orgulloso te repitas:
¡HE SIDO UN LUCHADOR DIGNO, HE ACEPTADO EL RETO Y NO ME HE RENDIDO!
De esto se trata, de asumir el reto de la vida. Porque nada golpea más duro que ella misma, nada pone más a prueba tu integridad y tu fuerza que estar vivo.
No se trata de ganar, sino que se trata de estar listo para vivir una vida con honor.
¡ESE ES EL VERDADERO PODER DE NUESTRA LUCHA!
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